domingo, 12 de octubre de 2025

A propósito del 12 de octubre...



 "En 1942, los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a otro dios de otro cielo..."

Eduardo Galeano

Hoy más que nunca" Selva del tiempo" de Adrenalina Caribe está y seguirá vigente...


sábado, 11 de octubre de 2025

El número de Avogadro: la puerta al universo molecular


El número de Avogadro es una de las constantes fundamentales de la ciencia moderna. Su valor, 6.022 × 10²³ mol⁻¹, conecta el mundo invisible de átomos y moléculas con las cantidades tangibles que manipulamos en el laboratorio. Esta cifra no solo permite cálculos precisos, sino que revela la vastedad oculta en lo diminuto: comprenderla es asomarse al universo molecular, donde cada reacción habla un lenguaje que la química traduce para nosotros.


A comienzos del siglo XIX, Amedeo Avogadro propuso que volúmenes iguales de gases, a la misma temperatura y presión, contienen igual número de partículas. Su idea, ignorada durante décadas, terminó convirtiéndose en piedra angular de la química moderna.


¿Cuántas moléculas hay en una gota de agua o en una respiración? Más de las estrellas visibles en nuestra galaxia. Esta constante traduce lo infinitamente pequeño en cantidades comprensibles, haciendo tangible lo invisible.


Gracias a Avogadro, podemos conectar lo microscópico con lo macroscópico: cada fármaco, cada material y cada reacción dependen de él. Nos recuerda que la materia, aunque diminuta, opera a escalas casi astronómicas: un puente entre lo contable y lo asombroso, entre lo tangible y lo intangible.


Un mol de agua pesa apenas 18 gramos, pero contiene 6.022 × 10²³ moléculas. Cada partícula de tu aliento participa en una danza que supera en número a todas las estrellas del cielo nocturno. Avogadro nos enseña que lo minúsculo puede ser inmenso, y lo intangible, medible.


Contar lo incalculable, medir lo invisible: el número de Avogadro nos muestra que incluso lo más diminuto de la materia tiene su lugar en un orden comprensible. Cada molécula, cada átomo, participa en una danza que escapa a la vista pero no a la mente humana. Esta constante no solo traduce la materia en números; traduce nuestro asombro, nuestra capacidad de observar, comprender y conectar lo microscópico con lo macroscópico. En ella descubrimos que la química es mucho más que reacciones y cálculos: es una forma de contemplar el universo, un lenguaje que convierte lo intangible en experiencia y nos recuerda que la grandeza también puede estar oculta en lo más pequeño.

Cortesia ➡️ Átomo partículas subatómicas

A propósito del 12 de octubre...

 "En 1942, los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubriero...